Calificando sueños

Soñar, vaya fragilidad.

Somos lo que soñamos y soñamos lo que somos, porque por ahora continúa siendo una de las pocas cosas gratis existentes en la Tierra. No posee ningún precio establecido por su uso y disfrute, ¿lo deberíamos de aprovechar?

No hace falta dormir para soñar, se puede soñar despierto. Es más, soy partidaria de vivir soñando y con los ojos bien abiertos, dejando recorrer solos a tus instintos por la calle. Dejando florecer las semillas de pensamientos que se pasan por el jardín de tu mente diariamente, dejando volar los pájaros de esas absurdeces inevitables que salen de tu boca.

Me fastidia soñar dormida, me fastidia y mucho. Quizás tu aún ni siquiera te lo hayas planteado, pero yo si. Mi incomodidad se justifica porque no soy dueña de esos sueños, un descontrol total. Como cuando vas a la playa y pretendes no mancharte de arena ninguna parte de tu cuerpo excepto los pies. Si claro, sigue "soñando" porque vas a acabar pareciendo una croqueta.

Si soñamos dormidos dejamos a nuestros rencores, envidias y malos pensamientos salirse con la suya. Mientras que todas las buenas cosas que puedas tener en lo más profundo, se dan por desapercibidas.

Obviamente, también se pueden soñar buenas cosas, pero ¿si al levantarte se lo cuentas a alguien, no se hace realidad?. Vaya frase absurda, como si te cuento mil y una historia para no dormir en versión soñadora. Irrealidad, bonita, pero irrealidad, así denomino yo a los sueños bonitos.

No hay nada mejor que conocer exactamente tu propia realidad, tus metas, tus objetivos y tu nube repleta de sueños. Solo tú tienes el poder, así que siéntete con ese privilegio. Que los demás se queden con el precio y las cosas materiales que le ponen a sus sueños, que tú te quedas con el tuyo a punto de hacerse realidad.

Soñar dormidos, con los ojos cerrados es de cobardes. Y el mundo cada vez esta más invadido de ellos. Se necesitan personas valientes, soñadoras y con los ojos bien abiertos. ¿Lo aprovechamos?

Con mucho, mucho corazón.


Anna