Adaptarnos a lo que suceda

"Experiencia no es lo que le sucede a un hombre, es lo que un hombre hace con lo que le sucede" Aldous Huxley.

Estoy cogiendo vicio a esto de comenzar mi forma de alimentarme de buenas vibras, con frases que suponen quebramientos de cabeza.

Somos dueños de nuestras decisiones, actos y sobretodo no tenemos que olvidar que somos completamente responsables de todas las consecuencias que eso conlleve. Lo fácil "es cargar" el muerto a otro, lo difícil y pasado de moda es ser transparente como el agua.

Todos tenemos planes en nuestra mente, que muchas veces por no decir el 70% de ellas dejamos pasar por el propio miedo. Miedo, no está atribuido a que algo nos asuste, arrepentir en un futuro, algo correcto o malo...no. Miedo es lo que nuestra naturaleza segrega en el momento de que se nos presenta algo nuevo en nuestra vida.

¿Por qué tener que sentir esto cuando la vida te está mostrando todos y cada uno de sus mejores detalles?. Lo enmascaramos, lo evitamos, lo metemos en lo más profundo de nuestras entrañas.
Bueno ahora pensaréis, no yo soy un "vive la vida", "me apunto a un bombardeo", "me encanta conocer nuevas cosas". Pues aquí y ahora, me juego los dedos de mis manos con los que estoy tecleando, a que has sentido este cosquilleo alguna vez.

La única explicación que he podido pensar a lo largo de mi corta vida, es que las cosas ocurren por alguna razón. No siempre tienes que ser tú la buena o la mala razón, simplemente cada uno llevamos escrito nuestro destino, porque desde el minuto uno que abrimos los ojos por primera vez, ya estamos creando aspectos en nuestra vida.

Estaréis de acuerdo conmingo, seréis objetivos o pensaréis que estoy loca, pero la verdad es que mi forma de consolarme ante las malas cosas que me ocurren, es pensar que todo tenía que pasar. Era yo la única responsable de llevar el timón de mi barco, adaptarme a lo que existía con la única posibilidad de llevarlo de mejor o peor manera, reír o llorar, respirar o ahogarme en todo lo que se me presentase.

Tú eliges.

Con mucho, mucho corazón.


Anna