El año en el que el mundo se paró

Escribiendo esto, me recreo en todas las nocheviejas que he vivido. Donde me encontraba sumergida en aquella “excusa” que usamos esa noche desde bien pequeños. Donde estamos deseando que ocurra ese cambio de calendario, para así, auto convencernos de que un año nuevo, nos traerá una nueva vida. 

 

Pensamos eso, porque en este acontecimiento encontramos esas fuerzas que durante doce meses anteriores, han ido desvaneciéndose. Y así, poder crear nuevas esperanzas que con urgencia necesitamos para continuar. 

 

El año pasado, esa noche no tenía ni esperanzas, ni expectativas. No estaba en mis mejores. Y la verdad, lo mejor que pude hacer. A nada te acostumbres, para que nada en esta vida te falte. Por eso este año ha tenido una parte positiva, porque todo lo que no he buscado y me ha aportado, bienvenido ha sido.  Con ello, se ha marchado lo que no debería ni haber estado. 

 

Lo he vivido como ese frenazo que te obligan a dar cuando vas conduciendo. De golpe y en seco porque el de delante para sin razón. Si no frenas, te estrellas. 

No tienes tiempo ni de reaccionar, ni de decidir. Simplemente sobrevives o mueres, nunca mejor dicho, bicho de mierda.

 

Pues así ha sido este año, un frenazo a tiempo. Salvándome, porque estaba a punto de estrellarme de nuevo.

 

Todo lo bueno que me han podido enseñar estos acontecimientos no han sido ninguno nuevo. Simplemente seguir reforzando lo que ya tenía, valorar y darle duro conmigo misma. Sola. 

Más sola que nunca.

 

Me he dado cuenta del gran poder que tenemos sobre nosotros mismos e incluso en la vida de los demás. He aprendido que tu propia felicidad no tiene que depender de nadie, ni de tu alrededor, ni las situaciones que te surgen. Obviamente afectan mucho. Pero tú, eres tu propia felicidad. 

 

No le debes nada a nadie, pero OJO ellos te deben todo. Aunque tu no lo reclames porque no necesites que te den las gracias, todo lo que haces por una persona es vida y tiempo que los regalas. Y eso perdona que te diga…Es lo mas valioso que existe.

 

También asumí que no esta mal no estar bien. Todo el mundo tiene sentimientos y emociones. Todo el mundo sufre altibajos y eso no significa que estés loco. De nada y gracias a este año por enseñar a la gente la importancia de la salud mental. 

 

Así que continuemos con esto, porque aun nos queda mucho por recorrer. Solo recuerda que, la vida será todo lo agradable que se lo permitas.


Con mucho, mucho corazón...

Anna

 

 

Comentarios

Entradas populares